miércoles, 3 de noviembre de 2021





¿POR QUÉ TEJO, PARA QUÉ?


Hoy vengo a contaros por qué diseño prendas de punto. Por qué tejo. 

No creáis que es algo sencillo de explicar. Ha sido algo que ha rodeado mi vida desde siempre. Por qué entonces nunca me decidí a hacer esto?

Esto es fácil de contestar, era cosa de abuelas. Las mujeres tejían en casa, era algo proscrito, que había que ocultar, ni si quiera se reunían a pasar la tarde tejiendo y tomando café, por lo menos las que yo he conocido, y os aseguro que han sido muchas.

Sí que se compartían conocimientos, es decir, si alguna aprendía algún punto nuevo, hacía una muestrita que iba pasando de mano en mano y que íbamos aprendiendo deshaciendo (por lo menos yo) y volviendo a tejer para dejarla como estaba. En algunas tiendas de barrio o en los pueblos en la mercería te enseñaban algunas cosas, eran una biblia esas mujeres, lo sabían todo. Moría de amor. Las abuelas enseñaban a las hijas y éstas a mí. Aquí en este punto se acaba la historia porque ninguno de mis hijos y tengo tres ha querido ni acercarse a  una labor, la que sea. Pero eso sí, tengo una sobriprincesa que teje, y claro estamos todas inlove con ella.


Y dicho esto, que seguro es común a muchas tejedoras, creo que hay que hablar de por qué las que no han tenido ninguna referencia, o las que como yo hemos tejido a lo largo de años de nuestra vida no nos hemos dedicado a esto formalmente. ¿Por qué a ella de repente un día se les ocurre empezar a tejer, por que a nosotras no se nos ocurrio hace décadas enseñar? 

Esto también tiene una fácil respuesta. ES COSA DE MUJERES.




No tiene valor, nosotras mismas se lo quitamos. Me encuentro en mis clases, en mis círculos con mujeres que dicen eso tan típico de bueno vale solo tejes. Estos señoras se llama patriarcado, se llama machismo, se llama minusvalorar una artesanía que cruza las fronteras, los siglos, la cultura más primigenia que tiene en su núcleo mujeres cocinando y tejiendo. Lo que sea, pero tejen, hacen nudos y nudos para crear algo maravilloso que vestirán sus hijas, sus nietas. Que éstas aprenderán generación tras generación.  

La cocina mediterránea la han creado nuestras mujeres, la moda la hemos creado nosotras con nuestro buen hacer, eso sí ellos dirigen, coordinan, diseñan, cocinan. Venga ya¡¡¡¡

Pues sí, así estoy. Reivindicativa.

Llevo años luchando contra esto. Hablo de cocina y tejido porque es lo que sé hacer. Nunca me han dejado sobresalir en nada, siendo mejor que ellos. Más limpia, ordenada, cuidadosa, generosa, voluntariosa, con ganas de aprender, de ayudar. Por eso me he ido. El año que viene cumplo 60. Ya vale.

Me quedo sin vida.

Me gusta enseñar, creo que es una vocación que tenía escondida en alguna de mis mil aristas. Que tengo mucha paciencia me dicen, ¡me encantaría que se lo preguntaran a mi familia!, creo que piensan todo lo contrario.

Pero aquí estoy. He roto con todo, bueno con mucho. Tejo, sueño que tejo, me levanto y me voy al portátil para retocar no sé que de no sé que patrón. Tejo. Destejo. Me enfado con algo que no me gusta y lo dejo en cuarentena. Mando mil mails diarios pidiendo colaboraciones. Nada. Me salen clases que no esperaba. Así estoy todo el día, todos los días de la semana.

Bueno, a veces paro y paso de todo eh¡¡¡

En fin, esto es lo que hay. Bueno, esto es mi experiencia. En general, claro. No sabéis lo orgullosa que me siento cuando alguna diseñadora/tejedora saca un libro nuevo, o hace una colaboración de estas que da la vuelta en las redes y de la que todo el mundo habla. Me siento como la mamá orgullosa. Deberíamos dejarnos de tontería y tejer más redes, la sororidad ha venido para ayudarnos. Que hay hombres que tejen y desarrollan patrones impresionantes? si, claro, pero son una minoría, démosles el protagonismo que merecen, es decir, muy poquito. A veces me da la sensación que nosotras mismas nos trabamos en una especie de complejo de inferioridad, que de verdad amigas es falso. Somos iguales, o en este caso que nos concierne, mucho mejores. Debemos comprar patrones de diseñadoras españolas, lanas españolas teñidas por tintoreras españolas porque las tenemos y son magníficas. Nos tenemos que apoyar. Pero es realmente difícil cuando compara un patrón de seis euros, o menos, para algunas mujeres es terrible, ¨habiendo gratis¨. Hay un trabajazo detrás de todo esto que no os imagináis, gastar unos euros de vez en cuando, es bien, os lo aseguro. 

Cuando he hecho alguna colaboración y la persona encargada de los proyectos es un hombre, joven, que no sabe tejer la mayoría de las veces, es que me quedo loca. ¿En serio? No quiero que penséis que tengo algún tipo de nada contra los hombres, bien al contrario, amo a los hombres en general, pero para el trabajo algunos son muy prepotentes, creen que son mejores y que están más preparados, pero esto no es lo peor, lo malo es que las mujeres también lo creemos y así no vamos a ningún sito.

Reivindico la posibilidad de equivocarme y que no se hunda la empresa. La capacidad de error, de superación, de volverlo a intentar, de aprender de los errores sin sentir pánico, todo esto es lo que hace que seamos mejores cada día. En lo personal y en lo profesional. 

En definitiva, este mundillo ha venido para quedarse, no es que esté de moda ahora, como se oye decir, nono, es que ahora tiene más visibilidad. Pero necesitamos más, más profesionalidad. Que la gente valore el esfuerzo que hay detrás y pague por el trabajo de la artesana sin pensar que eso lo puede hacer ella en un ratito. Porque no es verdad. Estos son años de aprendizaje, estudio, tesón y amor, mucho amor.


Gracias por leer hasta aquí. Un beso enorme tejedora.









domingo, 3 de octubre de 2021

Hola, ¿qué tal, cómo estás?

Tengo muchas alumnas nuevas este año y me preguntan qué necesitan para aprender a tejer y pensé... pues lo escribo. Aquí van mis ideas.


LAS TEJEDORAS Y LAS  AGUJAS DE PUNTO 


Ando muy liada últimamente. No sé, a veces la vida te va complicando tu día a día. Cuando crees que tienes cierta estabilidad, te marcas unos horarios, te organizas para trabajar, andar un rato, hacer algo de cardio... tejer mucho. Bueno, pues no.

Pero tengo que aceptar, aunque a veces me cuesta, las cosas como vienen. Al fin y al cabo no puedo cambiar mucho, la verdad.

Mi madre tiene una edad, y unas circunstancias, que nos exigen a los hermanos estar pendiente de ella las 24 horas del día. Y eso te trastoca la vida entera. A mi me estresa mucho, primero porque ella no está bien, no puede estar sola y eso te crea ansiedad e incertidumbre, y por otro lado porque impide que desarrolle mi trabajo con la regularidad y constancia que a mí me gusta.

Yo sigo de erte, y quiero dedicarme exclusivamente a mis clases y mis diseños. Necesito mil horas y sólo tengo dos manos y una cabecita loca. Pero lo conseguiré. Poco a poco.


Pero esta entrada no quiero que sea tan personal. Ya te he contado un poquito y ahora me apetecía hablarte de agujas de punto. Si te apetece, otro día hablamos de las de ganchillo. Aunque  soy más de tejer punto que ganchillo, me encanta y de vez en cuando es como que necesito coger el gancho y liarme con algo bonito. Por ejemplo ahora estoy tejiendo la alfombra de mi salón... ya la acabaré, jiji.


¿Qué tipos de agujas hay en el mercado?

Esto es fácil. Dos tipos, rectas y circulares. Las de doble punta las voy a considerar circulares aunque sean rectas, al fin y al cabo hacen el mismo trabajo, no?


¿Qué diferencia hay entre ellas?

La diferencia fundamental es lo que nos permite trabajar cada una, porque con las dos tejemos cualquier punto, pero no cualquier estructura.

Las agujas rectas nos permiten tejer en una labor de ida y vuelta, es decir tejer en plano. Por lo tanto cualquier cosa que tejas tendrá derecho y revés, de tal forma que si tejes un jersey, por ejemplo, que tiene varias piezas en su estructura, delantero, espalda y mangas, al terminar hay que unirlas cosiendo los laterales. Puedes tejer prendas que sólo tengan una pieza, como por ejemplo un chal o una bufanda, y esto  en vueltas de ida y vuelta sin tener que unir nada. También calcetines y gorritos, que son claramente circulares, pero tendrás que hacerlo en plano y después unir con una costura.



Las agujas circulares por el contrario nos permiten tejer todo lo anterior, jersey, gorrito y calcetines, en una pieza, sin uniones, sin costuras. Pero también piezas planas como chales y bufanda, en vueltas de ida y vuelta, utilizando las puntas y su cable de unión como si fueran agujas rectas. Por lo tanto este tipo de aguja son mucho más versátiles.

Pero no es su única propiedad. También son más ligeras, cómodas de llevar, la postura  para tejer con ellas es mucho mejor para nuestra espalda, para las manos, para el cuello. Son más anatómicas y te permitirán no sufrir dolores que inevitablemente surgen de un trabajo repetitivo como este nuestro de tejer.


¿Qué tipo de calidades y variedades hay en el mercado?

Esto es casi infinito. Pero os cuento a grandes rasgos qué podéis encontrar en tiendas físicas y online en España, y no es poco.

Para las agujas rectas tenéis varios largos, de 20, 30, 40 y de 50cm... Yo te recomiendo las de 40cm porque son las que mejor se adaptan a nuestra postura sentada, con la aguja izquierda debajo del brazo.

Podéis encontrar de madera, de bambú, de plástico y de aluminio, estas dos últimas suelen estar huecas para que sean aún más ligeras. Nuestras abuelas y madres más mayores, como las mías, tejían con agujas de metal no hueco, eran muy pesadas y afiladas y cuando tejíamos con lanas finitas se nos clavaban en los dedos y llegaban a hacer heridas. Pero eso ha cambiado. Ahora están lo suficientemente afiladas para poder tejer cómodamente sin pinchar. Al final de la aguja tienen un tope para que la labor no se escape. 

Si eres una tejedora novata te recomiendo que empieces por madera o bambú, o como mucho de plástico. No uses las metálicas porque la lana o hilo resbala más, son bastante más rápidas, pero se necesita cierta práctica para tejer con ellas. 

Independientemente del material con el que están fabricadas puedes encontrarlas de muchos grosores. Desde 1mm a 25mm, o más, de cualquier material, o casi.

                             











En cuanto a las circulares puedes encontrar una gran variedad, pero hay dos tipos con varias calidades cada uno, fijas e intercambiables. 

Y yo aquí voy a introducir las de doble punta, que aunque no son circulares, son juegos de 5 agujas cortas de alrededor de 10cm, también hay varios tamaños, que permiten tejer en circular. Estas agujas  también las podéis encontrar de varios materiales, madera, bambú, metálicas, de plástico.

                         

                          













¿Qué compro para empezar a tejer?

Como ves las posibilidades son infinitas. Por lo tanto lo que podemos llegar a realizar con ellas también.  

Para empezar te recomiendo que compres una lanita sin pelo y color claro para trabajar con unas agujas, tanto rectas como circulares, de 5 mm más o menos. Es un grosor ni muy fino ni todo lo contrario que te permitirá ir aprendiendo a tejer con más facilidad. Comprar con cabeza, materiales y calidades de un nivel intermedio. No compréis agujas de un euro ni de cien. En el mercado, en la actualidad, puedes encontrar prácticamente de todo, tanto en físico como online. Pero para empezar os recomiendo muchísimo que vayáis a la tienda de vuestro barrio o pueblo, la más cercana, ellas os ayudarán, seguro, y os podrán orientar para que una vez que empieces a tejer no sea muy difícil coger los puntos de las agujas, porque a veces lo que pasa es que el material es de tan mala calidad que imposibilita el trabajo y eso frustra un montón. Pero no hace falta comprarse lo último que ha salido y que está super de moda y que todas las tejedoras locas compramos como si fuera lo último que fuéramos a tejer en la vida, de verdad que no. Ve poco a poco, practica mucho y como siempre digo, esto es una artesanía que necesita paciencia y trabajo, no hay mucho más.


¿Qué compro rectas o circulares?

Pues yo aquí si que te digo que si no has tejido nunca compres circulares intercambiables porque te permiten realizar casi cualquier labor. Con un cable de 80 cm. será suficiente para que practiques y aprendas lo más básico, sin miedo a equivocarte y deshacer, hasta que empieces tu primera labor. Pero piensa que puedes tejer una manta con un cable de 1,50 ó 2m. Su versatilidad es infinita.

Si eres una tejedora más experimentada cambia la cosa. Si tejes estilo inglés, es decir con agujas  rectas, echando la hebra con la mano derecha, te recomiendo que compres agujas de madera o bambú. Te cambia la vida. No pesan nada, son afiladas pero no demasiado. Y además las hay preciosas de colores, te encantarán. Hay sets que venden las marcas con los que ahorrarás algo de dinero, pero ten cuidado y piensa bien qué tejes habitualmente, porque puede que ciertos grosores no te sirvan y te interese más comprarlas poco a poco, según vayas necesitándolas.

Esto mismo lo podemos aplicar a las tejedoras con circulares en estilo continental, echando la hebra con la mano izquierda. Aunque por supuesto se puede tejer en estilo inglés también. Si no tenéis todavía muchas puntas, échale un ojo a los sets, los hay de todos los tipos. Puntas pequeñísimas para calcetines y cositas de bebe, puntas cortas, y las más largas, que cambian mucho con las marcas, pero suelen ser a partir de 10cm. De varios grosores y calidades. Hay muchísimos, yo os recomiendo que penséis muy bien qué tipo y grosor comprar porque no son baratos y a veces nos encaprichamos de cosas que realmente no usamos después. Quizás también es interesante comprar poco a poco y hacerte tu propio kit.

No te he explicado la diferencia entre fija e intercambiable, y es sencillo. Cambia cómo va ajustado el cable a la punta. En las primeras no puedes cambiarlo y en las segundas sí, y aquí también hay muchas opciones. Esto sí cambia mucho con las marcas, cada una tienen su sistema para unir las dos partes. Aquí te recomiendo que pruebes, cada tejedora tiene como su preferida pero te garantizo que salvo raras excepciones hay cuatro o cinco marcas con primeras calidades que no te defreaudarán. 

Para cualquiera de las dos te recomiendo lo mismo que con las rectas, empezar con madera o bambú porque la lana se agarra mejor a su superficie y es más difícil que se escapen los puntos. Las metálicas son muy ligeras y suaves y a las principiantas les suele dar más problemas de agarre.


Y creo que poco más. Sólo quería darte información básica de lo que hay en el mercado en la actualidad. Recomendarte mucho que no compres sets completos si estás empezando, ve poco a poco, practica con dos o tres modelos y elige el que más se ajuste a tu forma de tejer y tus habilidades en el momento actual. No pienses en futuro porque si ahora te frustras quizás no lo haya, y necesitamos que cada vez más mujeres tejan para que este oficio tan maravilloso y tan nuestro se perpetúe para futuras generaciones.


Gracias por leer hasta aquí.

Un beso tejedora.



miércoles, 25 de agosto de 2021




Creía que iba a escribir más a menudo.

Hace 10 meses que no me paso por aquí.

Así no se puede. Imposible, me digo a mí misma. Niña hay que ser más consecuente con tus pensamiento. Llevarlos a la práctica, no decidir que siempre hay algo más importante que hacer.

Hoy me he acordado y, no sé, quizás es la necesidad de contar cosas lo que me ha hecho recordar esta pequeña isla.


Qué os puedo contar hoy.

Fácil, lo que he hecho en estos últimos diez meses.


En octubre publiqué mi primer patrón en Ravelry. Bueno no sabéis los nervios que pasé. Todo eran dudas, miedos, no lo va a comprar nadie Carmen...

Y efectivamente, así está siendo. Esto es una carrera de fondo, lo sé, pero tanto que sólo quedan dudas, a penas certeza de que pueda servir para algo.

Sigo de erte, como ya os he dicho en mis stories de IG, pero quiero dejar claro que no estoy mal. Todo lo contrario. Hacía años que no me encontraba tan agusto conmigo misma. La incertidumbre, la pena viene precisamente cuando pienso que en algún momento me van a llamar para volver a trabajar. Lo tendré que dejar todo. Lo poquito que he conseguido estos meses en este mundo lanero que tanto amo.


Sigo con la historia de estos últimos meses.

Pues sí publiqué mis primeros patrones. Tejía horas para tener las prendas terminadas. Las tejía mínimo dos veces. Trabajé muchísimo la verdad, pero me encantaba, estaba feliz.

Me empezaron a llamar de marcas y publicaciones, después, por supuesto, de hacer un esfuerzo personal, porque aunque no lo parezca soy muy tímida, de escribir, y varias veces, para ofrecerles mi trabajo. He conseguido colaboraciones pagadas y alguna que no, muy bonitas. Los resultados están en las revistas, algún kit... muy, muy contenta y agradecida.

He seguido tejiendo mucho, prendas más sencillas, alguna algo más complicada, pero me resulta difícil. Yo no pido tester gratis, no me lo permite mi filosofía de vida. Creo que es muy injusto que una mujer dedique un montón de horas de su vida, por mucho que le guste y lo haga encantada, a un beneficio económico (o no), de otra persona. Algunas tejedoras me han dicho, pero Carmen así aprendo, y yo creo que también se aprende comprando mi patrón. Los más caros 6 euros, no es un esfuerzo muy grande y con eso me apoyas más que tejiendo gratis. Qué es lo que ocurre con este planteamiento, según mi humilde criterio, que gente como yo que no hacemos eso somos incapaces de competir. Yo tejo a buen ritmo, pero claro, es imposible hacerlo como dos, tres o cuatro mujeres a la vez.

En fin, esta lucha la tengo perdida, creo. Voy sacando patroncitos poco a poco, muy pensados, con muchas cuentas, número, algún error que otro... como puedo.

También he grabado algún vídeo en YouTube para explicar algún paso de mis patrones.

Ahora de hecho tengo un proyecto muy bonito, que os contaré en breve.

Pero no quiero parecer una amargada, yo respeto mucho lo que hacen, dicen, deciden o no las demás. Esto es lo que hay, y a lo mejor en algún momento cambio de opinión y también lo hago yo. Por ahora no.

Qué más os cuento.

Vendí mi casa y después de más de un año en absoluta locura buscando casa, por fin estoy viviendo en mi casa nueva. Mi casa, quiero remarcarlo, es mía y sólo mía. Mi coche, mi casa, mi trabajo. No lo comparto con nadie, y eso no sabéis la libertad que me da. Me siento bien conmigo misma, no recuerdo cuándo fue la última vez que sentí esta sensación de no tener que responder ante nada ni ante nadie. Por eso volver a mi trabajo de cocinera me crea esa desazón. Una, porque no puedo vivir de ese sueldo, tengo que hacer  cosas fuera de horario para cumplimentar el salario y es muy cansado. Dos, porque es absolutamente machista y denigrante, no me valoran, no cuentan conmigo para nada, no nos dejan ni descansar para tomar un cafelito a media mañana, trabajamos como animales. Después de año y medio sin sentir esa frustración por un trabajo tan precario, claro es más triste aún tener que pensar en volver.



Pero no puedo vivir, por ahora, de mis diseños y tejidos. La única opción sería que me echaran y poder mantener el paro al menos dos años e intentar seguir con esta ilusión hasta conseguir mi fin. Pero lo tengo difícil, creo. Además ya tengo una edad. Acabo de cumplir 59, osea mil años.

Y después de esta charla algo deprimente os voy a contar cómo trabajo yo.

Soy bastante caótica. Aunque luego tengo un toc de orden, para trabajar tengo todos los días un caos a mi alrededor que flipas.

Cómo empiezo a diseñar una prenda.

Tejiéndola. 

Tengo una idea sobre algo que me apetece, normalmente me surgen las ideas después de ver el hilo con el que voy a tejer. Dependiendo de la temporada, pues un algodón, lino, o similar en verano y lana, mohair, alpaca... en invierno. Me gusta mucho mezclar cosas, me encanta.

Pero también me influye el color. Yo normalmente compro en tiendas on line españolas, producto español, rara vez utilizo marcas extranjeras, pero no es por nada especial, simplemente porque considero que tenemos calidad de sobra y creo que nos tenemos que apoyar entre nosotras. 

Entonces, compro algo que me apetece, elijo un color, que para mí es muy difícil, porque tengo a nivel personal muchas cortapisas. Siempre uso los mismos colores y a veces me resulta complicado salirme de mi entorno de confort. Es algo a lo que le doy muchas vueltas. Creo que los colores, como las palabras, definen a la persona y para mí es muy importante el color, el tono, el brillo o no de ese hilo. En fin le doy muchas vueltas.

Pero ahí no acaba la cosa. Una vez que llega a casa, y después de haber pensado qué hacer con ese hilo y empezar a hacer muestras, casi siempre, cambio de idea. Porque el hilo no se adapta a lo que yo había pensado, porque el color no es exactamente como en la foto, porque al tejerlo queda más o menos apretado, porque no circulares no me gusta, porque con rectas queda muy...

Normalmente acaba siendo otra cosa de la que pensé.

Pero he de deciros, que una vez que pasa este primer momento de agobio y de pensar que me he equivocado y que no me gusta nada. En cuanto decido que todo está ok, todo fluye. Tejo rápido, apenas tomo notas. Todo lo tengo en la cabeza. Tejo y tejo, horas y horas. Apenas unas anotaciones. Agujas, muestra, cuántos puntos para empezar. No hago dibujos ni gráficos, nada. Tejo y tejo.

Y cuando lo termino y me lo pruebo, y decido que me gusta y que os puede gustar, son días y días enteros delante del ordenador haciendo miles de cuentas y muestras en pequeño de cuellos, sisas, aumentos... para que todo sea correcto. Intento grabar algún vídeo para alguna parte del proyecto que puedo considerar que es algo complejo explicar con palabras... hago dibujos a lápiz, con el portátil, fotos, gráficos. A veces tejo la prenda por segunda vez entera.

Subo el patrón a mi Ravelry, porque abrí una página en Etsy pero me pareció carísimo y lo cerré al mes, y ya empieza la promoción en insta y algo en Face.

Cuánto puede suponer este proceso. Pues meses, porque como os digo trabajo sola y aunque yo no he estudiado diseño, sí que hice patronaje y confección, unos meses de diseño en una escuela del centro de Madrid, y sobre todo tengo una experiencia en tejer prendas para mí y para otras personas, con diseños propios desde joven. Muchos años de experiencia. Mi madre me ha enseñado mucho, mi abuela, y sobre todo los años de tener que trabajar con una foto de una revista. Hacía y deshacía hasta tejer exactamente lo que veía. Eso te da una visión y unas capacidades muy importantes para diseñar prendas y que sean más o menos correctas. Pero, quizás me falta algo de práctica, quizás le doy todavía demasiadas vueltas. No sé. Supongo que irán desapareciendo las dudas y el proceso será algo más breve.

Pero lo importante es que os gusten mis cositas y queráis comprar mis patrones. Eso sería ideal. Un locurón.

Y creo que por hoy ya os he contado muchas cositas.


Un beso a todas, especialmente a las que hayáis acabado de leer todo el royo que os he soltado. Prometo ser más breve y tardar menos en venir por aquí la próxima vez.

Un beso tejedora.








domingo, 4 de octubre de 2020


          


          ¿Nueva etapa?


       Siempre decimos que la vida da muchas vueltas.

Que nunca digas nunca jamás.

Pero este año 2020 nos ha cambiado a todos algo, por dentro y por fuera.

Creo que no somos conscientes todavía de lo que nos está ocurriendo.

Dentro de un generación, vuestros hijos pequeños o mis nietos, estudiarán este año y no creerán los cambios que hemos experimentado en tan breve tiempo.

Yo en marzo me levantaba a trabajar a las 5,40 de la madrugada, ahora me despierto con la luz del día, no tengo horarios, no tengo prisa. Veo las nubes pasar por mi ventana con sorpresa, hacía mucho tiempo que no podía hacer esas cosas tan bonitas. 

He cogido algo de peso y estoy contenta. Ando, me tomo una cerveza con mis hijos, veo series...

Pero todo no ha sido tan plácido y agradable. He perdido personas muy queridas, y otras no tanto, por el camino. Este año nos está dejando desolación, tristeza, una pena infinita por el dolor ajeno y por el propio. 

En mi pequeño terreno personal os diré que he vendido mi casa y que no soy capaz de encontrar otra que se acomode a mis necesidades y economía. Meses de ir a ver pisos en todo Madrid. Estoy agotada. 

Mi hijo pequeño, el tercero, se va a un país lejano de Europa un año. Tendré que hacer la mudanza sola y no me apetece. Llevo de ERTE 6 meses, y la perspectiva de volver al trabajo, a ese trabajo que me atenaza, que me agota, que me hace infeliz, nubla mi mente. Necesito que me echen, necesito ser libre, necesito hacer lo que me gusta. Nunca he trabajado en algo que me hiciera medianamente feliz.

En estos meses de paro forzado me he reinventado, o al menos lo estoy intentando.

Siempre he sido una persona con ganas de aprender, de vivir de mis manos. Por eso estudié cocina, pero ha sido un fraude en mi vida. Ya no cocino ni para mí.

Me gustaba la naturaleza, las plantas, dibujar, la fotografía, diseñar mis prendas. Tejerlas.

Por fin, después de mil vueltas a la cabeza, de creer que no iba a ser capaz, de dudas, incertidumbre, miedos. Después de una pandemia horrible que ojalá jamás hubiera ocurrido, he publicado mis primeros patrones, mis primeros diseños.

La cabeza me va a mil. Bárbara me ha regalado un montón de cuadernos que llenaré de ideas y números y gráficos y dibujos, tachones...

Estoy tranquila rodeada de infelicidad, de silencio, de abandono, de soledad. Todo lo que se puede estar ante todo esto.

Esta carta la escribo para deciros que necesito hacer esto. Que ojalá se convierta en mi nueva vida, con mi piso nuevo, si algún día lo encuentro. Necesito crear este mundo para mí. Necesito que el mundo me arrope en mi nueva trayectoria. Necesito que me entendáis y que me apoyéis. Que me compréis.












mi ravelry

mi you tube

mi instagram

mi face




jueves, 31 de julio de 2014

tiempo de reflexión y verano en Madrid

Los veranos en Madrid son duros, especialmente cuando no tienes economía suficiente para ir a una terracita a última hora de la tarde o al cine, a ver una obra de teatro que tanto te apetece...
Simplemente estás en casa, sudando, durmiendo mal, y dando gracias porque tienes un mes de vacaciones pagadas. Desde luego sería mucho peor estar en paro. Pero son duros.

Quiero contaros lo que se puede hacer sin gastar dinerito.
Quedar con mujeres a las que les encanta ganchillear, es superdivertido¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Os encantará.

Ya os conté en Vivencias algunas quedadas de primavera. Fueron un auténtico lujo, he conocido a gente maravillosa con la que espero no perder el contacto.

Pero hay más.

Os he hablado del Corrillo del Ovillo?
Tenemos dos puntos de encuentro.
En invierno nos vemos en el Ayuntamiento de Madrid, Palacio de Cibeles, quinta planta, según sales del ascensor a la izquierda nos encuentras.
En verano con una mantita, o silla, pero a mí me encanta tirarme en el césped, en el Retiro, entrando por la Puerta de Alcalá, a la derecha, pasas un trenecito, y por allí estamos. Me encanta.
Los primeros domingos de mes. Me encanta.
Es un grupo cerrado de facebook que admite a todo el mundo que lo solicita, y que Vanessa, por motivos de lejanía de Belén, administra ahora divinamente.








Esta es una de las quedadas que hemos hecho en el Ayuntamiento, fijaros qué buen corrillo¡¡¡¡¡¡¡¡¡
El ambiente es excepcional, y aunque muchas no nos conocemos entre nosotras enseguida se abre el círculo y hablamos unas con otras como si fuéramos colegas de hace tiempo. Sinceramente os animo a participar, es toda una experiencia personal.
Como véis unas hacen ganchillo, otras tejen con dos agujas, otras simplemente van a charlar, a aprender a tejer con las manos a lo que nos enseñó una de las más expertas, o a intentar hacer un punto imposible que Guna teje como si fuera lo más natural del mundo. Uffffffffff¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



la labor que terminé en el corrillo

En esta quedada del Retiro se celebró el segundo aniversario del grupo corrillero y llevaron tartitas y bollitos super ricos.  Lo pasamos fenomenal.

Pero hay más grupos es Madrid, quizás he participado menos, incluso algunos los tengo pendientes. Por ejemplo:

Lana Connection es un grupo de mujeres, sobre todo, que intercambian su creatividad para realizar proyectos que unen con amor y mucha lana la ciudad y la cultura a través de acciones llamadas yarnbombing o de quedadas en diferentes espaciones. Con un punto fijo los lunes, desde hace muy poquito en Manzana Mahou, en pleno corazón de Madri. Con ellas he hecho una "intervención" y una quedada.
Os cuento.

En Madrid se celebra un festival alternativo, Mulafest, y ellas el año pasado hicieron cosas muy chulas. Este año nos dieron la posibilidad de apuntarnos y fui. Ha sido fantástico, el ambiente es joven, fresco, supermoderno y vanguardista, lo pasé de lujo, me quité veinte años, fue estupendo. Clara Montagut  es la cabeza visible, y sinceramente es de agradecer su dedicación, yo lo hago desde aquí de corazón.









La otra intervención fue algo más humana, que nos llegó al corazón. 
Begoña se puso en contacto con Clara y organizaron esta quedada solidaria para recaudar algo de dinerito para AESHA, una asociación de enfermos raros a los que intentamos ayudar tejiendo unas mariposas azules que se vendían a cambio de la voluntad de los paseantes del Retiro. Además tuvimos la suerte de tener la mañana amenizada por un trompeta realmente espectacular, para mí fue todo un lujo. Y al final compramos unas papeletas y junto a Madrid Knits y Crealia se dieron agujas y un montón de ovillos, prácticamente a todos los participantes. Muy chulo.








imagen del blog de Lana Connection

Hay grupos que se reúnen de forma más o menos normalizada, incluso semanal.
Las Rozas Knitters, que ahora se renúnen los viernes de 5,30 a 8,30 en  Crepes & Waffles, allí en Las Rozas.
Madrid Knits¡ uno de los grupos más veteranos, que se reúnen desde hace ya años en el Starbucks de la Calle Pedro Teixeira los viernes de 17 a 21 y los primeros sábados de mes con el mismo horario y en el mismo sitio. Lo tengo superpendiente.
Punto Cuqui, es un grupo cerrado de facebook, no he hecho ninguna quedada con ellas, pero las conozco porque son muy participativas y nos hemos encontrado en otros eventos. Se reúnen los terceros sábados de mes y cuando te admiten en el grupo, cosa que sólo ocurre cuando has hecho una quedada con ellas, te avisan, dónde y cuándo.
Punto subversivo  es un grupo joven que se reúnen en un café literario de Lavapiés, la Marabunta, en cuanto pueda allí estaré, porque me encanta el sitio y la idea.
Tertulia Madrileña del punto, otro grupo cerrado de facebook, pero que admiten a todo el mundo que lo solicita, quedan en un precioso lugar, la Pecera del Círculo de Bellas Artes, éste lo tengo más difícil porque quedan los segundos jueves de mes por la tarde y yo suelo estar trabajando. Conozco a algunas de sus integrantes y son estupendas.
Triquipuntadas, pasión por los colores, que se reúnen en la Asociación Cultural Guindostán, C/ Méjico, hacen las quedadas a través de facebook los jueves, los llaman los triquijueves, es muy divertido.
Tejeriles, quedan por la mañana, por si a alguien le viene bien, en la Cabrera, en plena Sierra madrileña, los miércoles de 10 a 13.
El martes tiene su punto, los martes en SOPA una cafetería de la calle Nieremberg
Hilando Madrid, últimamente están quedando en la Cantina de Matadero, espero enterarme de la próxima quedada porque el sitio me encanta.
Valentinas Bombing, son un grupo espléndido de personas, que hacen intervenciones, no tienen un sitio ni un día donde quedar, pero hacen cosas tan bonitas como éstas...


Una de las quedadas en el Museo del Traje para preparar el Evento







Se hicieron talleres durante todo el día de bolillos, iniciación al ganchillo, amigurimis, para niños. Fue toda una experiencia, y compartirla con estas mujeres es lo mejor.








Tejiendo Carabanchel y Tejiendo Móstoles, con Lorena y Gema como cabezas visibles, mujeres estupendas que me ha encantado conocer, organizan quedadas a las que os recomiendo que asistáis porque el ambiente es estupendo y las horas pasan volando. Que colaboran muy activamente, junto a Tejiendo Malasaña con la asociación IAIA, arriba podéis ver la foto.

Y de esta asociación caritativa, Tejido Social en la Sierra de Madrid, os quiero hablar. Colaboran muchos de estos grupos y de los que ya os hablé en Vivencias, gente que organiza eventos para la solidaridad con las personas que más necesitan nuestro apoyo, hacen mantas para ellos y mucho más. Concha es su mentora, una persona entrañable, estupenda. 
Os dejo un enlace de una entrevista que le hacen a Concha, ir hasta el minuto 50:21, os encantará¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ video de IAIA


quedada en la Casa del Barrio de Carabanchel

Nota: os dejo el link de la segunda entrega de mi maravillosa experiencia lanera en Madrid, una primavera llena de color y amistad, http://mislanasyotrascosas.blogspot.com.es/2014/05/vivencias.html